jueves, 23 de abril de 2009

Lo perro que era Paulov

Paulov fue un pseudocientífico que hizo experimentos con perros para profundizar en el estudio de la psicología. Y obtuvo resultados sorprendentes.

Resulta que al hacer daño a un perro mientras se le muestra una imagen, el perro coge miedo a esa imagen. Y esto se cumple en humanos que no han sido previamente educados. Es decir, que si sometemos una y otra vez a un niño a pequeñas descargas eléctricas mientras ve blancanieves, blancanieves le producirá la misma sensación que las descargas.

Es este un mecanismo básico ciertamente útil. Los sentimientos son, según este experimento, meros carteles que nos avisan de que lo vamos a pasar bien o mal. Y vaya, si uno toca varias veces una plancha ardiendo, acaba comprendiendo que la plancha quema, obviamente. E incluso le da cierto miedo volver a tocarla (a no ser que sepa que la plancha está fría).

El problema viene cuando se actúa conociendo el mecanismo observado por Paulov. En este caso, se puede dar pie a situaciones que no benefician al animal. Si resulta que a un pescador se le somete a descargas eléctricas en las gónadas con imágenes de peces, grandes, pequeños, de todo tipo... Pues el hombre, a los X días de tratamiento, necesita dejar su profesión. Quizá lo han hecho por su bien, porque los peces son peligrosos, o quizá Pescanova empieza a ser demasiado severa con la competencia.

La cuestión más importante es lo que se extrae del experimento de Paulov: La relación neuronal.
Por desgracia, los humanos somos complejas computadoras, pero desarrolladas por el azar. Así pasan cosas como los prejuicios (asociar el todo con la parte conocida) o los malentendidos y los juegos de palabras filosóficos (consecuencia de tomar como sinónimos de manera subconsciente palabras que no lo son, por culpa de una relación neuronal demasiado fuerte entre ellas). Y es de esto último (ya que lo primero se merece purgar la raza: matando racistas, y no al contrario) lo que quiero dejar claro.

NO COMPRENDEMOS LOS CONCEPTOS.
Lógica? Razón? Una mierda. Aprendemos frases hechas. Pero si cogen cuatro palabras que usemos y las ponen en un orden extraño, o pensamos que no tiene sentido o pensamos que es un palabro, pero desde luego no comprendemos a qué se refiere (por muy abstracto o absurdo que sea, deberíamos ser capaces de comprenderlo).

Es decir, que si yo digo algún día Retroactivación Oral, o Anarcotecnocracia Empirista, no somos capaces de asimilar conceptos. Y si nos dicen los significados de cada raíz, aún así nos cuesta imaginar el significado.

Así que todo lo que sabemos es pura memorística tergiversada por el paso de las generaciones.

2 comentarios:

  1. UMMM interesante, es como lo de oligofrénico no? pero mas complejo....

    te recomiendo el cuento de Funes el Memorioso,seguro qe lo conoces...en el qe como conclusión no puede existir distintas palabras qe asignen a un mismo perro de frente, de perfil , qe a las dos de la tarde, a las cuatro de la madrugada...es imposible....partiendo de la base qe expones xDD según la cual, no entendemos conceptos xDD
    ya decia yo ....qe el hombre no se entiende...

    qe triste!!!!xD

    ResponderEliminar